Durante los siglos centrales de la Edad Media, el paisaje europeo se transformó a través del regreso progresivo, pero masivo, a la construcción en materiales perdurables (la piedra y/o el ladrillo, dependiendo de los contextos), una transformación que ayudó a crear nuevas identidades individuales, colectivas y regionales. Se trata de un cambio de enormes onsecuencias históricas, porque desde el siglo XII en adelante la “petrificación de la riqueza” se convirtió en una característica estructural de la economía, de la mentalidad, de las formas de la expresión social y espiritual, de la territorialización de la sociedad medieval. La amplitud y la extraordinaria y rápida difusión de este proceso ha creado un legado europeo de edificios duraderos y visualmente imponentes y la visibilidad del fenómeno constructivo ha definido la personalidad de una sociedad, la cristiana medieval, de un territorio, Europa. La rapidez, amplitud y sistematización de la construcción de iglesias, torres, murallas de castillos, palacios, casas urbanas y rurales, constituyen no solo testimonios del crecimiento económico de la época y de las consecuencias materiales de la reforma gregoriana, sino también de una dinámica social nueva, que implica nuevos desarrollos ideológicos, institucionales y de usos y prácticas sociales. El objetivo de “Construir para perdurar” es poder relacionar el fenómeno de la petrificación con aspectos sociales relativos a la riqueza, el valor de la construcción y el significado de la
identidad colectiva”

20-23 julio, Estella

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